Última actualización: julio 7, 2022
A las 33 semana de embarazo tu bebé empieza a tener sus propios sueños. En este periodo su cerebro empieza a percibir más estímulos. Esto se debe a que sus 5 sentidos ya están empezando a ser completamente funcionales. Incluso sus pequeños ojos ya empiezan a distinguir la luz de la oscuridad. Toda esta magia es sinónimo de que todo marcha bien y el bebé se prepara lo mejor posible para nacer.
Como el cuerpo está preparándose para el momento del parto, en la 33 semana de embarazo ocurren las transformaciones más aceleradas. Los pechos empiezan a verse y sentirse más grandes debido a que las glándulas mamarias comienzan a llenarse de leche materna.
Además de eso, muchos estudios han demostrado que, durante esta etapa, algunas mujeres sufren de olvidos y falta de concentración. Esto ocurre directamente en el hipocampo, puesto que todo el organismo solo se concentra en el bebé.
Por esta razón, el resto de la información que percibes se vuelve completamente irrelevante. Esto quiere decir que para tu cerebro todo lo demás ha dejado de ser primordial.
En este tiempo, suele haber retención de líquidos, sobre todo en las piernas, brazos y pies. Es importante que te hidrates muy bien y de forma constante.
Del mismo modo, la acidez y el reflujo en el estómago cobran mayor protagonismo. Esto ocurre como consecuencia de la poca producción de ácido clorhídrico, componente que disuelve los alimentos, así como una brusca disminución de progesterona.
En la 33 semana de embarazo, los dolores de espalda también se incrementan. La razón es que el bebé gana más peso, y a esto hay que sumarle todo el líquido que lo mantiene en el útero, más el peso que puedas ganar durante la gestación.
Durante este periodo aparecen distintos síntomas importantes, estos son los siguientes:
Las ganas de orinar se incrementan gracias al crecimiento de tu bebe, que causa presión sobre la vejiga. Así que si sientes que tienes fugas de orina cuando toses o te ríes, no tienes por qué alarmarte, pues es normal
No dejes de tomar líquido para impedirlo. Al contrario, te debes seguir hidratando. Como consejo, intenta orinar antes de salir o asistir a lugares importantes, como tu trabajo o una reunión. Y vacía tu vejiga antes de irte a dormir.
En la 33 semana de embarazo se considera que ya te estás acercando al momento del alumbramiento. Motivo por el cual aparecen pequeñas contracciones llamadas Braxton Hicks.
Pueden aparecer después de haber tenido algún tipo de esfuerzo físico y suelen desaparecer muy rápido. Contrario a esto, si sientes que durante noventa minutos no dejan de ocurrir, entonces debes comunicarte inmediatamente con tu médico.
El peso del útero puede llegar a ejercer una gran presión sobre las venas y causar hinchazón en las piernas, pues la circulación puede verse afectada.
Para evitarlo, intenta no estar mucho tiempo de pie, recuéstate y coloca las piernas sobre una almohada para que queden elevadas. Además, usa un calzado práctico y cómodo.
Es aconsejable que durante este tiempo te prepares para que todo salga bien al momento de dar a luz. Te ofrecemos algunas recomendaciones a continuación.
Al tomar todas estas previsiones te sentirás más tranquila y no tendrás que dar carreras de última hora.
En este momento los movimientos del bebé se ven limitados debido al poco espacio con el que cuenta dentro del útero. No se puede dar la vuelta como antes, por lo que las extremidades son las que tienen el mayor movimiento.
Esto ocurre porque ya te encuentras en la recta final del tu embarazo, y empiezan a aparecer las contracciones que son características de la semana 33. Estas sirven para ayudar al bebé a tomar su posición para nacer.
La respuesta es que puedes seguir nadando hasta el final del embarazo, a menos que los médicos te indiquen lo contrario. No existe ningún inconveniente que demuestre que el agua puede ser perjudicial para las mujeres en gestación.